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miércoles, 4 de octubre de 2017

Las cosas que dejaron de importar

Para comenzar ésta nueva entrada debo contar que mi familia se compone de padre, madre, dos hermanas y yo. Llevamos un apellido que no es muy común y que, al menos hasta donde sabemos y salvo que mi tatarabuelo o bisabuelo haya hecho cosas que no nos enteramos, se termina conmigo. Es decir, soy el último con éste apellido que podía continuar con él teniendo un hijo.
Así que ésta vez quiero escribir sobre las cosas que dejan de tener importancia cuando la infertilidad toca a la puerta y pasan a ser tan relativas e insignificantes.
Quizás la primera de ésas cosas que me di cuenta fue que el apellido, en cuanto a lo estrictamente genético, conmigo se acababa. En su momento lo tomaba como algún tipo de presión autoimpuesta, “la continuidad del apellido”!!! Nunca lo hablé seriamente con nadie y nunca nadie me dijo nada sobre ello pero ahí estaba. Cuando los estudios indicaron que no iba a ser padre con mis espermatozoides lo sentí. No fue de un golpe, ya lo venía asimilando, pero estuve un tiempo con eso dando vueltas. Pero los sucesos posteriores y el tiempo que fue pasando hizo que al mirar atrás me diera cuenta cuan insignificante era pensar en el temita del apellido y los genes.
El nombre del bebé, otro tema. Si era varón ni idea el nombre, nunca llegamos a un consenso y tampoco hubo muchos en la votación. Ah, pero si era mujer el nombre estaba puesto y confirmado, se llamaría Emma. Y eso también dejó de tener tanta importancia. Peor aún, según los registros del país, fue uno de los 5 nombres de mujer más elegidos para los recién nacidos el último año. En tren de ver el vaso medio lleno, evitamos que ésa hija tuviera 3 o 4 amigas con su mismo nombre jaja.
Y tanto deja de tener importancia que cuando podamos adoptar el nombre ya vendrá impuesto de antemano y no deja de ser divertido imaginarse qué nombre tendrá y si sonará bien con mi apellido, si tendrá esa musicalidad que a veces resulta y a veces, bueno, oh my god!! jajaja. Otra cosa que no tiene ninguna importancia porque, al fin, lo que quiero es ser papá y que ése niño tenga un papá, y una mamá, y una familia.
Ya hablé en el blog del tema de las edades, de cómo toda la vida se nos va corriendo y nosotros empezamos a correr contra el tiempo. Si hay una imagen de mí mismo siendo papa es en el parque, pelota al pie, una tarde de domingo y un hijo futbolero como yo dando sus primeras patadas. Y con esto del tiempo creo que todos empezamos en algún momento a sacar cuentas de cómo tendremos el cuerpo cuando querramos hacer ésas cosas lindas que soñamos despiertos. Cómo estará mi rodilla derecha para el futbol? O mi codo derecho si a lo mejor le daba por el padel? Y la verdad es que también dejan de ser importantes ésas cuestiones, podemos mantener ésos momentos soñados latiendo por ahí en un rinconcito del corazón pero EL sueño, EL objetivo, es uno. Después veremos cómo va la vida. Les digo más, creo que nosotros los infértiles no podemos programar mucho más allá de nuestras narices, de lo que ven nuestros ojos, porque los miedos son muchos, siempre alerta, cuesta confiarnos. Entonces eso nos permite sorprendernos más con cada cosa que nos irá pasando y sacarle el máximo provecho. Vivirlo al 100%.
Una buena noticia sobre adoptar es que muy posiblemente no va a ser un bebé por lo que si hay que ir a buscar la pelota lejos podrá ir él. Es que a mí ya no me va a dar el físico para andar corriendo y porque, lo importante, voy a preferir quedarme mirándolo a lo lejos, sin poder creerlo.

8 comentarios:

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    1. Muchas gracias por leerlo! Todo termina siendo relativo en el camino, a fuerza de golpes. Que lindo lo de tu abuelo!! Aqui seguiré escribiendo mientras haya cosas por contar.

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  2. Muchas gracias Beatriz! Es todo un tema que al final, no lo es tanto. Sobre adopción seguro iré escribiendo pero por el momento es muy lento todo. Saludos

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  3. Hola! me sumo al comentario de las demás: es la primera vez que leo a un hombre escribir sobre infertilidad y siempre está bien tener otro punto de vista sobre el tema. En cuanto al "apellido" en mi familia me parece que se diluye en la siguiente generación: mi hermano y los de mi marido solo han tenido niñas así que a no ser que cuando estas sean madres insistan en cambiar el orden de los apellidos, poca cosa se puede hacer. Besos!!

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    1. Muchas gracias Maria, hay que centrarse en lo importante, el apellido es lo de menos finalmente, salvo que seamos reyes de alguna dinastía llena de fortunas jajaja saludos

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  4. Como las compañeras que publicaron antes, sí había leído algún post tuyo ya pero se hace "raro" leer la infertilidad vista desde el punto de vista del hombre. El tema del apellido nunca lo había pensado porque nosotras siempre vamos detrás en esto pero me ha parecido una reflexión curiosa. Cuando has llegado al nombre me has matado, porque me lleva rondando el nombre de Emma la cabeza desde hace unos días y la verdad que ha sido como un puñal de emoción y se me ha saltado una lagrimita, lo reconozco. Yo también me planteo que cuando mi futuro hijo/a llegue... ¿qué edad tendré? Yo siempre había querido ser madre con 23 y ahora tengo 28 y aún nada... ¿Cuándo él o ella quiera jugar, podré seguirle el ritmo? Es una de mis grandes preocupaciones... La frase final es de las que llegan al corazón. Precioso post, enhorabuena.

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    1. No mientas Sita que debes haber leido la mayoría de mis post 😂😂 gracias por los elogios y cuantas coincidencias!! Ojala tengas tus Emma un dia de estos. Y eres joven, queda mucho tiempo para intentarlo! Abrazo

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  5. me encanta leer hombres que nos dan el punto de vista de temas de los que parece que solo hablamos las mujeres, tales como la infertilidad.
    Soy mamá de una Emma, ojalá muy pronto tengas tu la tuya! un abrazo

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